Mi proyecto este año fue mejorar una cualidad física: la fuerza.
En la escalada es una cualidad fundamental y para mí, un punto débil.
Básicamente fue un buen desafío para mí, porque vivo en un lugar donde no hay muros de escalada ni gimnasios para entrenar, pero sí muchas rocas.
Así que es bastante complicado para mí hacer una preparación física en un gimnasio de escalada, ¡pero puedo escalar casi todos los días en el acantilado!
Así que decidí que este año sería el indicado: "Voy a fortalecer mis debilidades de fuerza entrenando en casa.
Como la preparación física no es algo habitual para mí, fue muy importante marcarme objetivos tanto a corto como a largo plazo, para que me fuera más fácil concentrar todos mis esfuerzos sin perderme en el camino.
Mi objetivo: mejorar mi fuerza de tracción y agarre.
Así que tuve que organizarme bien y adaptar mi entrenamiento con vigas, pesas y lo que encontraba en casa. Así que me impuse dos sesiones físicas por semana, además de las sesiones habituales en el acantilado.
Para mejorar mi fuerza en el acantilado, opté por volver a las zonas en las que había fallado anteriormente y centrarme en las rutas más cortas.
Para conseguirlo, varios días antes de la subida hice un entrenamiento de fuerza en casa, lo que al principio fue complicado, porque llegas a la roca más cansado que un día normal. Un punto fundamental es planificar con antelación, según tus necesidades, controlando las cargas y descansando cuando sea necesario, para poder mejorar en cada sesión.
Llevo un tiempo haciendo esto y la verdad es que me siento más fuerte y satisfecha con esta planificación, aunque a veces sea frustrante y lento para mejorar.
Sigo intentando aprender, mejorar y disfrutar de todos los aspectos que me aporta la escalada.
Siempre pensé que cuanto más fuerte soy, más posibilidades tengo.